La canela es una especia muy empleada en las recetas caseras y, sobre todo, como ingrediente extra en la repostería. Pero, además de ser popular por su sabor, también aporta diferentes beneficios para nuestra salud e, incluso, puede ayudar en cierto tipo de enfermedades.
Esta especia procede de las ramas tiernas del árbol de la canela o Cinnamomum verum ó Cinnamomum zeylanicum, propio del sur de la India y de Sri Lanka. A estas ramas se les retira la segunda corteza, se incluye el tinte de la misma y el aceite de la hoja. La de mayor calidad es la que procede de la capa más interna.
Esta corteza se corta en forma lineal y se deja secar hasta que se curva. Después puede ser consumida como extracto o molida en polvo.
Se distinguen dos clases diferentes de la canela: cinnamomum verum o zeylanicum (Ceilán) y la cinnamomum cassia (Cassia). Patricia Ibáñez, dietista y nutricionista en Vizcaya, describe las características de los diferentes tipos:
Ceilán: se extrae de la corteza interna del árbol de la canela. Proviene de Sri Lanka y de algunas zonas del sur de India. Posee un color marrón claro, es de apariencia delgada y blanda y su aroma es delicado, con una textura y sabor suave. Todo ello, junto con sus propiedades beneficiosas, la han convertido en un producto muy elegido en la cocina y para la salud.
Cassia: procede del sur de China, por lo que se conoce como canela china.
Destaca por su color marrón oscuro, pero también por tener una textura más dura y gruesa que la anterior. Es hueca por dentro y desprende un fuerte aroma con un sabor un poco picante. Ibáñez señala que es la especie menos recomendada, pero la más comercializada debido a su bajo precio y el fomento de su uso en la medicina china.
La clave para decidir entre ambos tipos “lo constituye una toxina, la cumarina, un compuesto vegetal natural que puede ser dañino en grandes dosis. La Cassia contiene un uno por ciento y la Ceilán solo tiene un 0,004 por ciento”, explica la experta.